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Test drive: Ford F-150 Raptor, el trono de las full size tiene su dueño

Poderosa, equipada y confortable, la nueva pickup grande del óvalo encarna como pocas el verdadero espíritu de las chatas deportivas

  Test drive: Ford F-150 Raptor, el trono de las full size tiene su dueño

En la Argentina, el segmento de las pickups pasa por un momento excepcional. No solo porque las ventas están en alza desde hace años, sino porque cada vez más marcas se suben a esta tendencia sumando modelos y versiones para ampliar su catálogo y cubrir un espectro más amplio de clientes. Por eso, a las ya clásicas medianas se van sumando de a poco las grandes o full size. La vieja y recordada Ford F-150 es una de éstas, que desde principios de año comenzó a venderse aquí en dos versiones: la lujosa Lariat y la deportiva Raptor, que fue la que pusimos a prueba.

Imponente puede ser el adjetivo que mejor describe a esta F-150 Raptor. Porque además de sus enormes dimensiones (mide 5,89 m de largo, 2,192 m de ancho, 1,994 m de alto), todo en su diseño está pensado para intimidar: la imponente parrilla en negro con el enorme logo de la marca que casi la cubre por completo; los guardabarros que sobresalen de la carrocería con sus protectores en negro; las sobredimensionadas tomas de aire en la trompa y capot; los grandes faros (con tecnología full LED); las luces amarillas que se despliegan sobre toda la delantera (son las Wide Amber Lights y en Estados Unidos son de uso obligatorio para los vehículos demasiado anchos) y que le dan un carácter enojado; el generoso despeje (292 mm); la amplia caja de carga (tiene una capacidad de 559 kg); la doble salida de escape en cromado; los ganchos para remolque (puede arrastrar hasta 4,8 toneladas); el diseño de la pintura y hasta los amplios estribos para poder subir con facilidad, todo, todo está pensado para imponer presencia y transmitir una sensación que mezcla robustez y deportividad. Y lo logra fácilmente: es imposible transitar con esta Raptor y pasar inadvertido. Y un detalle más: el portón de la caja es hidráulico y con apertura remota y de él se puede desplegar una escalera para pode subirse a la caja sin problemas. Así de grande es.

La caja tiene una "escalera" que se saca del portón para poder subir

Como en toda full size, si hay algo de lo que no hay que preocuparse es por el espacio interior, de gran calidad de materiales y terminaciones, hay espacio para todo y todos. Las butacas delanteras se regulan eléctricamente, al igual que la columna de dirección y la profundidad de la pedalera, con lo cual encontrar la posición de manejo es por demás sencillo (es apta para que la conduzcan personas de cualquier altura). Además, los controles (que son incontables) están bien al alcance del conductor. Atrás es sencillamente enorme y si bien el asiento central es un poco incómodo (esconde una gran bandeja con posavasos) se pueden acomodar tres adultos sin problemas.

El equipamiento es bien a lo yanqui: encendido a distancia, calentador y enfriador de asientos; dos tomas de 110 V; techo panorámico y luneta trasera eléctricos; climatizador trizona; 6 puertos USB; pantalla táctil de 8″ con sistema multimedia Sync3; equipo de audio Bang & Olufsen con 10 parlantes y subwoofer; volante calefaccionado; tablero con otra pantalla de 8″ que despliega una cantidad de información abrumadora, y un largo etcétera.

Interior enorme y con equipamiento "a lo yanqui"

Otro gran punto para destacar es el de la seguridad. Además de lo “tradicional” (frenos a discos con ABS y EBD, ESP, 8 airbags -incluidos de cinturones de seguridad traseros-, asistente de arranque en pendiente y anclajes Isofix, entre otros), incluye el llamado paquete Ford Co-Pilot 360 de ayudas a la conducción y que incluye asistente de precolisión con detección de peatones, cámara 360° con pantalla dividida, control automático de luces altas, control de velocidad crucero adaptativo con Stop&Go, sensor de punto ciego con alerta de tráfico cruzado, asistente de mantenimiento de carril y de balanceo y frenado de trailer.

En reemplazo del anterior V8 de 5.6 L, para esta generación se optó por el moderno motor Ecoboost V6 biturbo 3.5 L que entrega 456 CV a 5000 rpm y brutales 691 Nm de torque desde las 3500 rpm (como dato anecdótico: es el mismo bloque liviano que usa el superdeportivo GT). A este se suma una transmisión automática convencional rápida, precisa y perfectamente relacionada de 10 marchas, mientras que la doble tracción ofrece cinco opciones de uso: trasera, integral de acople automático y 4×4 baja, alta o con bloqueo de diferencial.

Esta mecánica es simplemente espectacular. En el uso cotidiano se comporta como el de una pickup convencional (el impulsor trabaja relajado y los cambios pasan a bajas revoluciones), pero cuando se la exige empieza lo mejor: el V6 entrega una cantidad de potencia y torque bestiales y la caja empieza a estirar los cambios hasta la parte de arriba del tacómetro para convertirse en un verdadero deportivo que nada tiene que envidiarle en cuanto a prestaciones a un vehículo de menores dimensiones: acelera de 0 a 100 km/h en 7,5 s, la velocidad máxima (limitada de fábrica) es de 178 km/h (en 9ª marcha y a 3100 rpm) y recupera de 80 a 120 km/h en 4 s.

La trompa de la Raptor es imponente

Estamos ante un verdadero mastodonte. (pesa 2616 kg). Pero, ¿se comporta como tal? Rotundamente no. Esta Raptor transmite sensaciones alucinantes cuando se la maneja. Es poderosa, dobla bien agarrada, es super estable en velocidad y, lo que no es menor, tiene una agilidad increíble para moverse en cualquier condición (pese a su tamaño y a que calza unos enormes neumáticos todoterreno 315/70 R17″). La dirección asistida eléctricamente es muy precisa y se la puede ajustar para tres niveles de exigencia (normal, sport y confort); tiene un radio de giro bastante corto; los frenos (discos ventilados en las cuatro ruedas) responden con una justeza impecable (de 100 km/h a 0 necesita 47 m para detenerse), y las suspensiones (tiene montados amortiguadores de alto rendimiento Fox Racing Shox) están pensadas para no transmitir las imperfecciones del terreno a la cabina y asegurar el mejor confort de marcha. Además, es muy silenciosa y realmente casi ni se escuchan los 6 cilindros (excepto cuando se la pisa, que es cuando produce un bramido ronco que es una delicia). En síntesis. se comporta como si fuese un SUV sobredimensionado.

¿Qué pasa fuera de pista? Es “todo lo que está bien”. Empuja, trepa, se agarra, no se encaja en ningún lado, sortea obstáculos como si nada, vadea sin inconvenientes y todo lo hace sin esforzarse. Porque no sólo es el poder del motor, sino que también suma varios programas de manejo (Normal, Sport, Remolque, Nieve-Arena, Rocas, etcétera ) que setean varios ítems de la mecánica para adaptarlo a esas exigencias. Una verdadera maravilla.

Tiene un precio de US$87.000 (al cambio oficial). Es alto, sí, pero queda más que justificado por todo lo que tiene para ofrecer.

 

Por: Diego Cúneo, para La Nación

9 octubre, 2020

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