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Test drive: Audi Q8, con mucha personalidad para distinguirse

Ofrece una estética elegante y deportiva a la que suma una mecánica superlativa y un amplísimo equipamiento tanto de seguridad como de confort de última generación

  Test drive: Audi Q8, con mucha personalidad para distinguirse

Hace ya mucho tiempo que las marcas premium se sumaron a la imparable oleada mundial de los SUV. Primero lo hicieron con sus modelos grandes a los que luego fueron sumando otros de segmentos más pequeños de manera de satisfacer una demanda que se evidenciaba cada vez mayor. El Q7, lanzado en 2006, fue el pionero de la familia de sport utility de Audi. Luego llegaron en orden cronológico el Q5 (en 2008), el Q3, el Q2 y el Q1. Hace dos años la marca de los anillos decidió sumar a su catálogo del segmento E (grande) un nuevo modelo con una estética decididamente más moderna y deportiva, el Q8, para que compitiera con el Q7 en busca de un público que buscaba la versatilidad de este tipo de vehículos pero que tuviera un aire no tan familiar como aquél. A nuestro país el Q8 llega en tres versiones, entre ellas la 55 TFSI, que probamos.

Estrena la nueva denominación que la marca de los anillos dio a las versiones todos sus modelos y que está basada en una nueva categorización en escala de la potencia de los motores. Así, este 55 TFSI abarca a los propulsores que tienen una potencia mayor a los 300 CV; en este caso, son 340 CV.

La silueta del Q8 se impone por tamaño y personalidad. Si bien está basado en la misma plataforma que el Q7, se diferencia de éste porque es casi 7 cm más corto (4,986 m contra 5,063 m), pero a cambio suma unos centímetros de ancho (1,995 m sin los espejos contra 1,97 m) y también es un poco más bajo (1,705 m contra 1,741 m). ¿A qué apuntaron estos cambios? A acentuar un look decididamente sport, darle unas líneas más agresivas y mejorar el coeficiente aerodinámico (0,33).

Esa intención también se evidencia en la estética, donde desde el frente la gran parrilla octogonal se une a los grupos ópticos en LED más finos. Se sigue en la silueta, más estilizada y sin marcos en las ventanillas (de lejos parece un costado todo vidriado), y culmina en el remate del techo en forma de coupé, que en la parte trasera incorpora un alerón que se une a la luneta de buena caída (no es tan vertical como en el Q7). La parte posterior exhibe el juego de luces que se unen a través del portón del baúl, un detalle que le queda de maravillas.

Las enormes pantallas dominan el interior del Audi Q8

El Q7 estaba pensado para llevar hasta 7 pasajeros gracias a una tercera fila de asientos. Este Q8, en cambio, elimina esa hilera y permite que viajen 5 con muchísima comodidad (realmente sobra espacio). Las butacas tapizadas en cuero son sumamente cómodas y envolventes y las delanteras se pueden regular eléctricamente a gusto, con lo cual encontrar la posición de manejo es fácil. Los materiales y terminaciones, lógicamente, son calidad premium y todo en el interior luce mucha armonía entre la elegancia y sobriedad características de la marca y la dotación de tecnología.

Y ahí hay que detenerse, porque lo que le sobra a este Q8 es eso, tecnología. Empecemos por uno de los puntos más importantes, que es el de la seguridad; en ese sentido este fue el primer modelo en llegar a nuestro país con un paquete de asistencias a la conducción (ADAS) más amplio y que se basa en la presencia de cámaras y radares colocados en varias partes de la carrocería de manera de ir monitoreando el entorno para evitar posibles accidentes. Así, entonces, cuenta con frenado autónomo de emergencia hacia adelante y hacia atrás, asistencia de tránsito cruzado trasero, control de velocidad crucero adaptativo, aviso de cambio de carril involuntario, cámara 360° con vista desde arriba, dirección dinámica en las cuatro ruedas (las traseras giran hasta 5° tanto para colaborar cuando se maniobra en espacios reducidos como para mejorar el agarre y eliminar la inercia cuando se toman curvas en velocidad) y varios más.

Luego, y en lo que hace a confort, tiene dos enormes pantallas táctiles en el centro (de 12,3″ y 10,1″) que permiten comandar todas las funciones del vehículo y lo que hace al infotaintment y que incluye climatizador automático de 4 zonas, sistema Bang & Olufsen Premium con sonido 3D, techo corredizo panorámico, espejos exteriores térmicos y antideslumbrantes, asientos delanteros calefaccionados, etcétera. Ah, y si faltara información, el tablero de instrumentos es otra pantalla alargada de 12,3″ en el cual se aprecia el Audi Virtual Cockpit que es configurable a gusto.

Motor: naftero turbo
Cilindros: 6 en V
Cilindrada: 2995 cc
Potencia: 340 CV a 5300 rpm
Par: 50,7 kgm entre 1370 y 4500 rpm
Caja: automática Tiptronic de 8 marchas
Tracción: integral permanente quattro

La mecánica de este Q8 es una vieja conocida de la marca. Cuenta con el excelente y confiable motor naftero V6 con turbo e inyección directa estratificada (TFSI) 3.0 L que entrega 340 CV a 5300 rpm y 50,7 kgm de torque de 1370 a 4500 rpm. Este se acopla a una caja automática Tiptronic de 8 marchas rapidísima y perfectamente relacionada y la tracción es la también bien conocida integral permanente quattro. Cuenta además con tecnología de electrificación Mild Hybrid (MHEV). Esto es: un pequeño impulsor eléctrico (en este caso de 48 voltios) se asocia al propulsor convencional para “ayudarlo” en ciertas funciones. En este caso, se ocupa del prendido y apagado del motor (Start/Stop); también, cuando se deja de acelerar y se apaga el de combustión se ocupa de mantener el planeo por hasta 40 segundos, y por supuesto, colabora con el V6 para entregar un plus de potencia cuando se lo exige (por ejemplo, en aceleradas repentinas). Este sistema es alimentado por una batería de iones de litio de 17,8 kWh.

El conjunto mecánico es excepcional. El impulsor responde sobradamente en cualquier condición y la transmisión se le asocia de maravillas para lograr un andar suave y relajado en ciudad y mostrar sus bríos cuando se lo empieza a demandar. Por eso tiene prestaciones excelentes: acelera de 0 a 100 km/h en 6,8 s, recupera de 80 a 120 km/h en 4,3 s; cubre los 0 a 400 metros en 15 s y alcanza una velocidad máxima limitada de fábrica de 250 km/h.

Los consumos son lógicos para un vehículo de este porte (pesa 2389 kg) y con esta mecánica: 13,5 L/100 km en ciclo urbano y 7,5 L/100 km en ruta a 120 km/h.

La parte trasera del Audi Q8 es realmente atractiva

El confort de marcha es sobresaliente (si bien tiene neumáticos de perfil bajo, no transmiten las imperfecciones del terreno a la cabina gracias a las suspensiones neumáticas), pero demanda un poco de atención cuando se lo maniobra en espacios reducidos o en el tránsito denso debido a su ancho de más de dos metros con los espejos. Además, permite seleccionar distintos modos de manejo (Efficient, Confort, Auto, Dynamic y Off-road) para adaptar el vehículo a distintas situaciones.

El comportamiento dinámico es igualmente fuera de serie: siempre se lo siente estable y aplomado no importa en la condición o terreno en que se conduzca, y transmite mucha seguridad tanto en rectas como en curvas (debido a la suspensión neumática adaptativa que modifica hasta 90 mm la altura del vehículo de acuerdo con el terreno en el que se transite y la excelente y precisa dirección asistida). Además, tiene una capacidad de frenado notable: de 100 km/h a 0 se detiene en unos 37 metros.

Tiene un precio sugerido de US$147.000 y está acorde con los valores del mercado.

Por Diego Cúneo – Para La Nación

6 noviembre, 2020

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