Hay una verdad tan antigua como el automóvil: la gente se compra, dentro de sus posibilidades, el vehículo que más le gusta.
Solo hay una pequeña porción de usuarios, muy racional, que elige realmente el modelo que más le conviene y sin dar ninguna importancia a lo estético.
Uno de los autos de nuestro mercado que “conquista” a ese comprador es el Nissan Versa, un modelo gigante por adentro, con el baúl de un sedán grande, correcta calidad interior y una mecánica confiable.
Pero desde lo estético, este vehículo compacto quedó desactualizado y no resulta atractivo. De todos modos, se seguirá comercializando con el nombre de Versa V-Drive. Y seguramente seguirá conquistando a su público.
Pero para la nueva generación del Versa, Nissan hizo lo que tenía que hacer: mejoró notablemente la presencia visual, lo potenció con una renovación mecánica y de elementos de seguridad y, para cerrar el círculo, conservó las virtudes del modelo anterior.
El aspecto de este sedán está en línea con los trazos vanguardistas que usa la marca en modelos más grandes. Y ya sea por proporciones de tamaño o por maduración del estilo luego de un tiempo, lo cierto es que el nuevo Versa luce moderno, atractivo y con una imagen de avanzada.
Como que de alguna manera el “patito feo” se convirtió en un esbelto y elegante cisne.
Está construido sobre la misma plataforma que se usa para fabricar el SUV Kicks, que se hace en Brasil, pero este sedán llega desde México, lo que garantiza su calidad de producción y de terminación.
De hecho, de la línea de montaje de la planta de Aguascalientes, también salen las unidades que van a mercados más exigentes como el de Estados Unidos, por ejemplo.
En su interior mantiene uno de los atributos que lo hizo reconocido, ya que el espacio en plazas traseras sigue siendo toda una referencia en vehículos de su tamaño.
Un adulto que mida 1,85 metros de altura no tiene ningún problema de espacio en uno de los puestos traseros, incluso si adelante va otra persona de igual estatura.
En el puesto de conducción se obtiene una posición correcta gracias a una columna de dirección que se puede regular en el altura y profundidad.
La butaca ofrece buena sujeción lateral y buen confort, a pesar de no contar con regulación lumbar. El cojín, en cambio, es más bien corto y muy plano en el borde en donde apoyan los muslos, lo que requiere un poco de acostumbramiento.
Clarín probó la versión Exclusive, la más equipada de la gama, que incluye un apoyabrazos central en el asiento del conductor que solo tiene una posición para cumplir su función. El problema es que el codo derecho del conductor termina golpeando con este elemento cuando hay que hacer un giro de volante hacia la izquierda.
La calidad general es otro punto bien alto. Todas las terminaciones están muy bien logradas y las uniones de los encastres no muestran ningún borde que sobresalga. Tampoco hay ruidos y la insonorización del habitáculo es más que correcta para un modelo de su categoría.
El tablero de instrumentos une lo mejor de dos mundos: en el lado derecho lleva un velocímetro con indicador de aguja y junto a él hay una pantalla digital con buena calidad y con un gran abanico de opciones: desde computadora de a bordo y menú de funciones hasta un cuentavueltas de lectura clarísima.
El motor sigue siendo 1.6 litros de 4 cilindros pero con 118 caballos (11 más que el V-Drive) y un poco más de torque (149 Nm contra 142 Nm).
Esos cambios, sumados a una nueva caja automática CVT (hay también opciones de caja manual de 5 marchas), dan un resultado muy distinto al del modelo anterior.
Que se entienda bien. No es que la caja de variador continuo tenga un funcionamiento inigualable con este motor que tiene el torque (momento de fuerza máxima) muy arriba (4.000 rpm). Pero sí hay una enorme diferencia respecto de la transmisión automática de 4 marchas del Versa anterior, todavía disponible en la gama V-Drive.
Por eso el nuevo Versa ahora se mueve con agilidad en el tránsito urbano y acelera de manera progresiva, a pesar de que el ruido del motor a veces no se condice con la velocidad de avance. Pero en la práctica, en partidas de semáforo o sobrepasos, el resultado es satisfactorio.
El confort de marcha es agradable y resuelve bastante bien las imperfecciones que pueda tener el camino. La carrocería no muestra grandes inclinaciones en curvas y la estabilidad del vehículo es buena.
La sensación de ser un auto bien apoyado sobre el camino no se pierde prácticamente nunca.
Para redondear una renovación que convence, este Versa sumó airbags laterales y de cortina, para totalizar 6, y control de estabilidad para todas las versiones de la gama.
La versión probada es la más equipada de la nueva familia y es la única que ofrece el mayor número de sistemas de asistencia a la conducción, como el freno autónomo de emergencia y radar de punto ciego, entre otros.
Pero como se dijo al inicio de este análisis, el que se compra un auto termina optando por el que más le gusta dentro de su presupuesto. La gama del nuevo Nissan Versa arranca en $ 1.300.000 y llega hasta $ 1.686.100, precios que están dentro del rango de la competencia.
Con la diferencia que esta vez sí puede resultar atractivo sin resignar la practicidad y comodidad de un interior amplio.
Gabriel Silveira – Clarín
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