Ver hacia dónde se va es una premisa básica a la hora de hablar de seguridad cuando se conduce. Para lograr esto, se requieren calidad de las lámparas, un correcto mantenimiento de los sistemas y un ajuste que no moleste a otros conductores. “Siempre que hablamos de las luces de los vehículos conviene remitirse a lo que dicen las leyes y decretos vigentes a nivel nacional, pero sin olvidarnos que las provincias pueden tener diferencias sustanciales con esas leyes, ya que la regulación sobre el tránsito es una materia que las provincias no delegaron en la Nación. Por otra parte, las luces son fundamentales para un principio básico de la seguridad vial que es el de ver y ser vistos”, afirmó Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam).
La directora de Educación Vial del Automóvil Club Argentino (ACA), Graciela Valles, detalló que las luces “despejan nuestro camino cuando las condiciones naturales no lo permiten; asimismo, hacen notar nuestra presencia ante los demás vehículos e indican nuestra intención de realizar una maniobra antes de efectuarla; en síntesis, las luces permiten comunicarnos con los demás conductores”.
Valles agregó: “El vehículo debe tener luces de posición, de patente, bajas o diurnas DRL (Day Time Running Light), altas, destello, intermitentes o de emergencia, de freno, de marcha atrás, de giro y en algunos casos antiniebla”.
Asimismo, el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), Pablo Martínez Carignano, aclaró que “la ley nacional de Tránsito y Seguridad Vial y sus normas complementarias establecen la cantidad, ubicación y colores de luces obligatorias para todas las clases de vehículos (art. 31, Ley 24.449)” y que “todo vehículo que se libre al tránsito público deberá contar con las mismas y cumplir con la homologación correspondiente; de igual modo, la normativa vigente en la Argentina establece el uso correcto de las luces”.
Aunque no hay estadísticas oficiales respecto del uso correcto de las luces o su incidencia en los siniestros viales, según estudios observacionales de la ANSV en la Argentina en 2018 el 56,8% de los vehículos (cuatro ruedas o más) circulaban con las luces reglamentarias encendidas. En ese mismo año una encuesta del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación para un estudio sobre siniestralidad vial arrojó que de los entrevistados, conductores habituales en calles o avenidas el 55,4% decía utilizar siempre o la mayoría de las veces las luces bajas y un 38% pocas veces o nunca. Y los conductores en rutas o autopistas decía utilizarlas siempre en un 98,7% de los encuestados.
Anualmente, las Revisión Técnica Obligatoria (RTO) de los vehículos incluyen el ítem de luces y se controla en cantidad, ubicación, color y correcto funcionamiento. En 2019, en las plantas verificadoras de la CABA más de 550 mil autos realizaron la inspección y en el área Luces casi un 70% aprobó, un 14,4% salió condicional y un 16,8% resultó rechazado. “Los mayores defectos encontrados en la verificación son: luces bajas que no funcionan, el sistema de baliza defectuoso (una de las cuatro lámparas quemada, ya inhabilita el sistema) y las luces de freno que no prendían”, dijo el jefe de la Planta Donado VTV CABA, ingeniero Ariel Álvarez.
Uso y tecnología
Respecto del correcto uso de las luces, la directora de Educación Vial del ACA explicó: “En zonas urbanas las luces bajas, de posición y de patente deben encenderse si no es suficiente la luz natural o es baja la visibilidad (niebla, mucha lluvia, nevadas o nubes de polvo o humo), pero en autopistas y rutas deben permanecer encendidas las 24 horas. Las luces altas sólo deben utilizarse en zona rural y autopistas cuando no hay luz natural. Las luces intermitentes, deben utilizarse para avisar una detención o maniobra riesgosa. El destello debe usarse para avisar un adelantamiento y en los cruces de vías o bocacalles. Las luces de giro deben colocarse con anticipación cada vez que se cambia de carril o de dirección tanto de día como de noche, y en tanto, las antiniebla sólo deben utilizarse con esa condición meteorológica”.
Y agregó un dato fundamental: “La luz de giro izquierda en ruta es para avisar a quien se encuentra detrás nuestro y desea hacer un adelantamiento que no es conveniente realizar la maniobra en ese momento”.
Para resumir, las luces obligatorias según la ley son:
Los profesionales coincidieron en que las luces adicionales no están permitidas y que no puede ni debe personalizarse un vehículo cambiando el color de las luces: “En los artículos 31 y 32 de la Ley Nacional de Tránsito se establece claramente de qué color debe ser cada luz. Por otro lado, vemos frecuentemente vehículos que tienen alterados esos colores poniendo en riesgo no solo a su conductor sino también al resto del entorno vial. Hemos visto vehículos con luces bajas de color rojo lo cual constituye una verdadera aberración ya que no se sabe si el mismo va o viene”, explicó Pons. Y Martínez Carignano aseveró que además de incumplir con la norma, la ANSV y la Federación Argentina de Ingeniería Especializada (Fadie) coinciden que el cambio en el color de las luces genera confusión y malas interpretaciones por parte del resto de los usuarios de la vía, con el consecuente riesgo en la seguridad vial que eso implica.
Esto hay que tenerlo en cuenta especialmente cuando se hacen travesías off-road
Este elemento de seguridad vial está en constante avance. “Lo último en iluminación son los faros con tecnología de luz láser. Este sistema es el más potente y luminoso de los que se utilizan en la actualidad y ofrecen un alcance de hasta 600 metros por delante del coche (aproximadamente el doble de distancia conseguida con los faros LED) y su luz es muy blanca, muy parecida a la luz del día. Otra gran ventaja es que son adaptativas pudiendo reducir su haz de luz de forma selectiva para no molestar al resto del entorno vial”, aportó el presidente del Ovilam.
También hay sistemas nuevos de direccionamiento de faros según la altura y suspensión del vehículo respecto del camino y la adaptación de la luz de manera activa mediante una unidad electrónica de control que procesas datos de velocidad, luminosidad, ángulo de giro del volante y ángulo de guiñada.
Fallas
¿Cómo controlar el estado de las luces?, desde Focbar, concesionario del taller ACA Palermo, comentaron que “las lámparas cuando están concluyendo su vida útil pueden comenzar a parpadear o bien dejar de funcionar directamente. Éstas, en general, tiene una vida útil que la indica en la descripción del producto cada fabricante medida en horas de uso”.
Asimismo, Ariel Álvarez sugirió para controlar el funcionamiento de las luces colocar el auto frente de una pared y accionar las luces bajas y altas y ver en la pared la intensidad, alineación y funcionamiento. Para los giros, las balizas y las luces de posición, activarlas con el vehículo en marcha y el freno de mano colocado, bajar del auto y recorrerlo por el exterior. Y con la ayuda de otra persona confirmar desde afuera si funcionan las luces de freno, las de posición encendidas y controlar cuánto estamos apretando el pedal de freno. “Puede suceder que el sensor esté funcionando mal y las luces se activen al final del recorrido del pedal por lo que se deberá cambiar el mismo. La luz de patente se controla colocando una hoja bajo el artefacto para ver su encendido e intensidad. Todas las lámparas y los leds tienen una vida útil, por eso es de alta importancia realizar controles periódicamente”.
“Las lámparas para cada vehículo son estándar, dichas ópticas y faros están diseñadas para su funcionalidad utilizando el índice de refracción entre la misma y la lámpara. Las adecuadas son las indicadas por el fabricante del automóvil y pueden adquirirse en general en estaciones de servicio, casas de repuestos y accesorios o talleres mecánicos; el costo varía según el modelo, calidad y marca y puede ir de 50 a 2000 pesos aproximadamente. En el ACA Palermo, el cambio de lámparas es sin costo de mano de obra, solo tiene el costo del material y no demora más de 15 minutos. Es un servicio exclusivo para socios”, aportaron desde Focbar.
En esta línea, la “legislación nacional, en el decreto reglamentario 779/95, Anexo I, establece: Cada dispositivo de iluminación o de señalización debe utilizar el tipo de lámpara conforme a las indicaciones del fabricante del dispositivo o del vehículo. Por lo tanto, hacer modificaciones sobre el sistema de iluminación supone alterar la Licencia de Configuración de Modelo (LCM) y esto puede generar multas y hasta el secuestro del vehículo”, aclaró Pons.
Pablo Martínez Carignano, de la ANSV, contó que si un vehículo no tiene las luces reglamentarias “según el régimen de contravenciones y sanciones por faltas cometidas a la ley la multa podrá ser de 5000 a 20.000 UF (Unidades Fijas) y cada unidad fija equivale al menor precio de venta al público de un litro de nafta especial en el caso de la Ley Nacional”. En CABA por no contar con las luces reglamentarias, la multa “equivale a 70 Unidades Fijas (valor de cada UF $21,40)”, aportó Álvarez.
Finalmente, desde su lugar los conductores pueden ayudar a evitar la siniestralidad vial al usar de manera correcta las luces tanto en la ciudad como en la ruta.
Por Patricia Osuna Gutiérrez – La Nación
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