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Honda HR-V: estilo, calidad y espacio a un precio más razonable

Cuando llegó a nuestro mercado, se posicionó muy arriba en precio respecto de la competencia. Ahora se renueva con pocos cambios pero con las virtudes de siempre y con valores más lógicos.

  Honda HR-V: estilo, calidad y espacio a un precio más razonable

Hace poco más de tres años que el Honda HR-V llegó al país. Y su arribo no pasó desapercibido, tanto para el mercado local, como para la marca japonesa.

Por un lado, se ubicó como uno de los SUV compactos más deseados en su segmento (sino el más). Y por el otro, se convirtió en el modelo más vendido de Honda en el país, con el agregado de ser un vehículo de producción nacional (se fabrica en Campana).

Pero en el medio de esa construcción de reputación, el HR-V fue el único modelo que no se actualizó, mientras que el resto de la gama Honda cambió en su totalidad, incluyendo la incorporación de otro SUV, el WR-V, que por precio y tamaño se ubicó más abajo.

Además, su competencia también se renovó por completo y aparecieron nuevos jugadores para enfrentarlo.

Ahora bien, siendo considerado un vehículo de éxito en el mercado local, la duda pasaba por si su actualización iba a ser muy grande.

Desde la marca japonesa parecen apostar a lo seguro y no exagerar con modificaciones a un vehículo que está probado que el usuario lo sigue buscando, más allá de la caída general del mercado.

Si se lo analiza desde su estética exterior, los cambios de este SUV son muy sutiles. En la versión EXL, la más equipada de la gama, que fue la que probó Clarín, la diferencia más notoria pasa por una gruesa y maciza barra cromada que ahora va en la parrilla.

Su forma casi tallada, sumada a unas tomas de aire más grandes y a unos faros que tienen un nuevo dibujo interior, le dan una mayor presencia a la trompa, aunque sin alterar la idea del estilo original.

El diseño de las llantas también es nuevo (un toque más sport) y en el sector trasero apenas si hay modificaciones en el estilo de los faros. Por lo demás, no se aprecian mayores diferencias respecto de la versión anterior.

Eso quiere decir que conserva el espíritu de SUV con cierto aire de deportivo gracias a la caída en curva de la ventana trasera, que termina con un tirador de puerta oculto sobre el marco, que intenta generar la imagen de una cupé.

En el interior se usó la misma fórmula y los cambios pasan más por actualizaciones de algunos sistemas o dispositivos. Por ejemplo, no se ha cambiado en nada el diseño de la plancha de a bordo, que conserva una consola central con una leve orientación hacia el conductor.

Allí sí aparece una nueva central multimedia, que ahora ofrece una cámara de marcha atrás y es compatible con los sistemas Android Auto y Apple CarPlay de conectividad para teléfonos celulares. Su interfaz es clara y sencilla, pero su estilo parece un poco anticuado.

Conserva la consola alta entre los asientos, que incluye un hueco semi oculto por debajo, en donde está, por ejemplo, el puerto USB.

Resulta un lugar más en donde depositar algunos objetos pero su acceso es bastante incómodo. Termina siendo más práctico el uso de los posavasos.

El tablero de instrumentos es casi idéntico al anterior. Sí se destaca el agregado de un aro luminoso sobre el contorno del velocímetro que cambia de color es función del estilo de manejo: si está en verde, quiere decir que nuestro manejo no está consumiendo mucho combustible.

Las plazas traseras es uno de los mejores lugares si uno no mide más de 1,80 metros de altura. El espacio para las piernas es generoso y su piso plano contribuye a la comodidad.

Además, el asiento se puede mover, lo que permite ganar espacio extra si no tenemos que llevar mucha carga en el baúl.

Como todos los vehículos de este segmento, el problema se da en la anchura: tres adultos viajan un poco justos, aunque menos que en otros modelos de la categoría. Pero si medís más de 1,80, vas a tener que ir con la cabeza un poco torcida para que no vayas tocando el techo.

El interior sigue ofreciendo el muy buen nivel de terminación y calidad que presentó desde un principio. Los materiales son agradables al tacto y a la vista, y todo presenta una terminación que merece ser destacada.

Sólo apreciamos que las aperturas y cierres de puertas (especialmente las traseras) tienen “escalones” muy marcados y hay que acompañarlas más de la cuenta con la mano para que no quede mal cerrada o a mitad de camino al abrirla.

La mecánica tampoco se ha modificado. Conserva una sola oferta de combinación que incluye un motor naftero de 1.8 litros, una caja automática CVT (de relaciones continuamente variables) y tracción delantera.

Se trata de un conjunto que resulta muy eficiente y agradable de conducir. El propulsor cuenta con una potencia (140 caballos de fuerza) y un torque (171 Nm) que mueven muy bien al HR-V. Pero para muchos, la parte más polémica se da con la caja de cambios.

Al ser una transmisión de relaciones variables, la sensación al acelerar no es la misma que se percibe con otras cajas, en donde se producen saltos de revoluciones en cada paso de marcha.

Ante una aceleración brusca, el conjunto responde con energía de entrada y luego se mantiene en el mismo rango de revoluciones si nos mantenemos acelerando.

Al no producirse tironeos en el paso de marcha, la sensación es que el vehículo “no acelera” (tampoco favorece lo ruidoso que se siente), pero todo lo contrario. El HR-V, por ejemplo, va de 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos.

Su confort de marcha es uno de los puntos altos de este Honda. Tiene un esquema un poco más orientado hacia la eficiencia dinámica, así que quien guste de conducir encontrará a un vehículo con buenas respuestas en ruta, tanto en lo recto como al doblar (los balanceos de su carrocería son reducidos comparados con la competencia). Sin embargo, en ciudad o en terrenos desparejos no resulta para nada incómodo.

En materia de seguridad conserva el control de estabilidad y los seis airbags (frontales, laterales delanteros y de cortina). Podría haber incluido el sistema de ángulo ciego que tienen el Civic y el CR-V, por ejemplo.

Ese faltante más algún otro (regulación eléctrica de butaca, por ejemplo), puede estar explicado desde el precio. Si bien se ubica entre los vehículos más caros del segmento, la brecha con sus rivales ahora no es tan grande como hace un par de años. Y se entiende que así sea por la fuerte competencia que hay hoy.

La gama del HR-V hoy arranca en los $ 895.000 y llega a $ 1.050.000. Si bien el piso es alto, la versión más equipada cuesta lo mismo y hasta un poco menos que algunos de sus rivales.

De todos modos, el Honda HR-V va a seguir estando entre los SUV más deseados de su categoría. La buena reputación de la marca y la imagen que se ganó este modelo permanecen intactos en esta renovación.

Por: Gabriel Silveira

14 febrero, 2019

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