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Diversificar, estar activo y definir el perfil de riesgo: qué tener en cuenta al invertir

El contexto económico y financiero es complejo para el ahorristay lleva a que el conservador sea muy conservador; consejos para cuidar el dinero

  Diversificar, estar activo y definir el perfil de riesgo: qué tener en cuenta al invertir

Sobrevivir a las condiciones del mercado actual puede llegar a ser considerado un deporte extremo para algunos inversores. Algo que lleva a que las recomendaciones de inversión se confundan, o al menos se mezclen por momentos, con consejos de un terapeuta. No es ilógico. La real aversión al riesgo de cada inversor se conoce justamente en estos escenarios.

Estos tiempos llevan a muchos inversores a recordar el ABC de las recomendaciones que, cuando todo es “fiesta”, se suelen olvidar (por elección). Toma mayor relevancia la diversificación, una administración activa de las posiciones y, sin dudas, una definición correcta del perfil de riesgo de cada ahorrista.

Los perfiles son, básicamente, tres: conservador, moderado y agresivo. Que alguien se identifique con uno o con otro depende de múltiples factores: la edad, el conocimiento del tema, los ingresos, el porcentaje de los ahorros que piensa invertir, el plazo posible y la tolerancia al riesgo. La actual coyuntura puede llegar a desdibujar hoy tanto estos perfiles: un conservador quizás deba ser hoy un muy conservador y el agresivo de antes, ahora un moderado.

Existe hoy una necesidad de entender que el escenario para las inversiones financieras es complejo. El contexto externo es al menos desafiante (para los mercados emergentes en general) y a esto se suman las cuestiones del escenario local. Los datos de este año mostrarán una fuerte contracción de la actividad económica, una inflación no lejana al 50% y un alza del valor del dólar por arriba del 100%. Todo esto, producto de la profundización de los desequilibrios macro, los errores de la política y también un poco de mala suerte. Es un combo que nos llevará a cerrar el año con un “blindaje” del Fondo Monetario Internacional (FMI) de US$57.100 millones. En el medio, lógicamente, todo crujió. Y los activos financieros no fueron la excepción.

En conclusión, hay muchos frentes abiertos y muy pocos catalizadores positivos (al menos, que sean conocidos) esperables para los próximos meses. La alta volatilidad alta (mayor al promedio histórico) es algo que se da y se dará por razones propias y externas, en una coyuntura que obligará también a una fuerte selectividad. Mantener cierta cautela y adoptar una estrategia de diversificación en riesgo moneda, duration y país, debe ser parte de cualquier recomendación de base.

Para un perfil conservador, la mayor parte de la posición estará dolarizada. Básicamente, se trata de aquellos inversores que tienen por principal objetivo preservar el capital y a quienes les convienen los activos no demasiado expuestos a las fluctuaciones del mercado. No obstante, pueden existir matices, porque con un seguimiento activo de la posición se pueden aprovechar las oportunidades que el mercado o la coyuntura vayan dando. No se descarta entonces, para este perfil de bajo riesgo y en el actual escenario, la opción por Letras del Tesoro capitalizables en pesos; su participación en la cartera podría limitarse a no más de 20% o 30%). Estas letras rinden hoy entre 48% y 55% para plazos de hasta 6 meses, y permiten acceder a las tasas altas de interés que ofrece actualmente el sistema, con un riesgo de impago -que de corto plazo- es bajo.

En cuanto a los activos en dólares, las Letes son un buen instrumento, con rendimientos -arbitrados- que tienden a la parte corta de la curva de deuda soberana, en torno al 5% o 6%. Puede sumarse algún título un poco mas largo, como el Bonar 2024, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) de 9,8% anual, que acorta fuerte su duration desde 2019. Por ende, la exposición al riesgo de una suba más acelerada en las tasas americanas, es en parte limitado.

Tampoco habría que descartar los fondos comunes de inversión, que permiten una liquidez inmediata (en algunos casos) y un acceso a activos que de otra forma ciertos inversores no podrían. O salir del riesgo argentino, diversificando con activos del exterior.

Una cartera de riesgo moderado permite sumar otras alternativas. ¿Qué se entiende por perfil moderado? El que busca un balance un poco mas flexible entre rendimiento y seguridad. Acá mantenemos exposición a letras en dólares -con participación baja- y a la curva soberana de deuda, extendiendo en parte duration. Y se le puede dar alguna atención a la curva provincial. Siendo muy selectivos, claro está, en función de la historia que hay detrás de cada provincia y/o empresa.

En cuanto a activos en pesos, las Letes siguen siendo una opción, pero también encontramos oportunidades en la curva de bonos Badlar y ajustables por CER. En la primera, la referencia del mercado secundario, apunta a tasa superiores a 60%.

En renta variable, lo recomendable es mantenerse cautos, en especial para el corto plazo. Las valuaciones se ajustaron en los últimos meses mucho a la realidad. No obstante, tampoco están “regaladas”. La idea es ser exquisitamente selectivos, en consecuencia, con las oportunidades. El mercado mantendrá una alta volatilidad y no se descarta que los precios vuelvan a testear mínimos ya vistos. Será un mercado ideal para trading, una estrategia que no es para cualquier tipo de inversor.

En todos los casos la diversificación resulta clave, por lo que la mejor estrategia será jugar con varios activos y buscar exposición a diferentes monedas. Ratificando el consejo de que, en esta coyuntura, el que era conservador deba serlo hoy más, y así sucesivamente…

Por: Sabrina Corujo

25 octubre, 2018

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