Desde la llegada de la nueva generación, a fines de 2019, el Onix le ha dado un salto de calidad al segmento de los compacto, el más popular de nuestro mercado.
Los cambios fueron rotundos, un diseño más atractivo y moderno, mayor equipamiento de seguridad y confort, y la incorporación de tecnología Wi-Fi para las versiones tope de gama para convertirse en el único modelo conectado de su segmento.
Todo ese combo fue acompañado por una nueva y eficiente mecánica compuesta por dos inéditos motores de 3 cilindros: por un lado, un 1.2 litros de 90 caballos; y por otro, un 1.0 turbo de 116 caballos, disponible únicamente para sus versiones tope de gama (Premier) y para una nueva variante que será lanzada a la venta durante abril.
Se trata del Onix RS, un versión con estética deportiva que, a pesar de llevar el motor turboalimentado, se posicionará en la gama como una variante intermedia. Su precio será confirmado recién al momento de su lanzamiento comercial, aunque hay que tener cuenta que los precios de la gama van desde $ 1.588.900 (bonificado en $160.000) hasta $ 2.340.900 (bonificado en $ 90.000).
Un nicho para los fierreros
El Onix RS será el primero de una serie de modelos con imagen deportiva que General Motors tiene previsto incorporar en nuestro país.
La serie RS (sus siglas vienen de Racing Sport) está presente en distintos mercados, como Brasil y Estados Unidos, donde tiene muy buena repercusión entre el público joven.
Con la llegada del Onix RS, el segmento de autos populares va gestando de a poco un nicho dedicado a un público más fierrero, hasta el momento sólo representado por dos modelos que también llegan desde Brasil: el Renault Sandero GT Line y el Volkswagen Polo GTS.
El primero cuenta con el conocido motor presente en el resto de la gama, el 1.6 litros de 115 caballos que se asocia a una caja manual de 5 marchas ($1.689.700) o a una automática del tipo CVT ($ 1788.900), mientras que el compacto alemán suma a su look sport el eficiente motor 1.4 turbo de 150 caballos que también equipa a otros modelo de la marca, y se combina con una caja automática Tiptronic de 6 velocidades. En este caso, a pesar de estar producido en la región, el Polo GTS entra dentro de la primera escala del impuesto interno, con un precio de $ 3.168.100.
Existe un tercer modelo que podría formar parte de este “selecto grupo” de compactos picantes: el Renault Sandero R.S, un vehículo desarrollado por la división deportiva de la marca francesa, fabricado en Brasil y exclusivo para el mercado latinoamericano.
El Sandero R.S lleva el conocido motor 2.0 litros de 145 caballos, asociado a una caja manual de 6 marchas, y cuesta $ 1.954.200.
Por su parte, dentro de este segundo trimestre, Peugeot lanzará en Argentina el 208 GT, la versión deportiva del modelo que se fabrica en la planta de El Palomar y que llegará procedente desde Eslovaquia con el novedoso motor 1.2 turbo de 131 caballos de fuerza. Al ser importado y ubicarse en lo más alto del segmento, también tributará el impuesto interno. A modo de avant premiere, la marca francesa lo estuvo exhibiendo durante el verano en Cariló.
El Onix más pistero
Lo primero que se debe aclarar es que el Onix RS no es un auto deportivo, sino un modelo “tuneado” estéticamente y equipado con el mismo motor 1.0 turbo de la versión Premier.
Desde el frente hacia el sector trasero se destaca del resto por tener una parrilla tipo panal de abeja, spoilers más pronunciados en los extremos del paragolpes, faros con máscara negra y luces de LED diurnas con marco negro brillante, el exclusivo emblema RS y el logo de Chevrolet en color negro.
En los laterales, a su vez, trae espejos con carcasa en negro metalizado y nuevas llantas negras de aluminio de 16 pulgadas; mientras que en el sector trasero, además del spoiler integrado al paragolpes, lleva un alerón que continúa la línea de techo (también pintado de negro) y las mismas insignias ubicadas en la trompa.
Por dentro también abunda el color negro, que se combina con detalles en rojo presentes en las costuras del volante, la palanca de cambios y las butacas, como así también en las salidas del aire acondicionado.
La posición de manejo adecuada es fácil de conseguir gracias a las regulaciones en altura y profundidad del volante y la butaca, que también tiene el apoyacabezas integrado como en otras versiones, pero que no tiene la sujeción de un verdadero asiento deportivo.
El tablero cuenta con dos relojes analógicos, aunque chicos y de difícil lectura, sobre todo a la hora de controlar las velocidades máximas permitidas. No hay que olvidar que el motor tiene una muy buena reacción en prácticamente toda la franja de revoluciones, por lo que es fácil superar los límites.
En cuanto al equipamiento, a pesar de llevar el propulsor de las versiones full, el Onix RS carece de varios elementos que estos sí tienen, como sensores de estacionamiento delanteros, cámara de visión trasera, control de presión de neumáticos, el sistema de comunicación OnStar, cargador inalámbrico de teléfono, sensor de ángulo muerto, y Wi-Fi, por mencionar algunos.
Los faltantes los compensa con su comportamiento dinámico. Porque es un vehículo que realmente anda muy bien en ciudad como en ruta. El conjunto motor-caja se complementa de la mejor manera para transmitir un confort de marcha y un comportamiento ejemplar.
El ya probado motor turboalimentado es silencioso y para nada nervioso, pero siempre otorgando una respuesta inmediata cuando el conductor lo dispone. La transmisión manual de cinco es de relaciones cortas, configuradas más para el ahorro de combustible que para sacarle el jugo a cada marcha.
En ruta, donde más se lo disfruta, tiene buen aplomo y una conducta intachable, ya que en curvas se muestra firme y sin balanceos notorios de carrocería. Además frena muy bien.
Sólo resta saber cuál será el precio de mercado. El Onix no es de los más económicos del segmento, aunque sabiendo que ocupará la gama media, puede ser una gran opción para buscan un auto “fachero” y de buen desempeño.
Fuente: Clarín – Por Hernán Oliveri
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