El Peugeot 5008 tiene atributos que lo convierten en un vehículo familiar ideal. Son características que destacamos allá por 2017, cuando nos subimos a esta nueva generación que estrenó su título de SUV, dejando atrás su pasado como monovolumen.
No hay que olvidarse que tanto este modelo como su hermano menor, el 3008, fueron concebidos originalmente como monovolúmenes y que Peugeot, interpretando la tendencia que desde hace años domina el mercado, los convirtió en Sport Utilities.
Y realmente lo hizo muy bien, porque fue una transformación estilística sofisticada, acompañada con un nivel de tecnología y equipamiento que les dio ese salto de calidad que necesitaban para no pasar inadvertidos entre tanta competencia, sobre todo hablando de SUV medianos.
Particularmente en nuestro mercado, la historia con el 5008 es otra, porque es de los pocos vehículos de su tipo con tres filas de asientos. Su rival directo es el Volkswagen Tiguan Allspace, y en segundo plano los chinos Jetour X70 y Jac S7, aunque de todos ellos el Peugeot es el único que ofrece una motorización turbodiesel.
A fin de año se sumará a este grupo el Jeep Commander, que llegará de Brasil (posiblemente con variantes nafteras y gasoleras).
Eso sí subirse a un vehículo de estas características no es nada barato, ya que todos tributan el 20% de la primera escala del impuesto interno.
El renovado Peugeot 5008 se ofrece en una única versión (Allure Plus), que tiene un precio de $ 6.646.737. A su vez, el Volkswagen Tiguan arranca desde $5.879.900 (250 TSI, con motor 1.4 de 150 CV), pero con un nivel de equipamiento más bajo.
Renovación de estilo
La actualización del 5008 mantiene los atributos de su antecesor y además suma componentes que mejoran la experiencia a bordo.
Estéticamente, el nuevo lenguaje de diseño se visualiza en la trompa, donde se destaca la nueva parrilla sin marco, el emblema 5008 en el capó, renovados paragolpes que incluyen entradas de aire laterales enmarcadas en color negro brillante y embellecedores pintados, y faros rediseñados con tecnología LED que se amplían con DRL (luces diurnas) en formato vertical y con punta cromada.
La marca se refiere a estas luces como “los colmillos del león”, ya presentes en, por ejemplo, el nuevo 208 que se fabrica en Palomar.
El sector trasero también presenta ópticas full LED (incluida la luz de marcha atrás), mientras que en el lateral se destacan las llantas de aleación de 18 pulgadas con efecto diamantado.
Un dato no menor es que esta actualización no trae rueda de auxilio, ni siquiera temporal. En su lugar, la marca ofrece un kit de reparación compuesto por un compresor y un líquido que sella la pinchadura. Sin embargo, si bien es una operación sencilla, en caso de una rotura importante el kit no servirá de nada y no quedará más remedio que llamar al auxilio mecánico. Claro que todo puede empeorar si esto sucede en medio de la ruta.
En el habitáculo, por su parte, los cambios son más sutiles, pero no menos importantes. La pantalla de la consola central, en la que se pueden ver y ajustar todas las funciones del vehículo, ahora es de 10 pulgadas.
Mientras que el comando del Advance Grip Control, el sistema que ofrece distintos modos de tracción (siempre delantera y dosificando el torque) en función de cinco modos de manejo (Nieve, Barro, Eco, Sport y Normal) ya no es una rueda, sino una tecla.
El confort y la habitabilidad siguen siendo de lo mejor. La posición de manejo en el iCockpit es muy buena, aunque la butaca tiene regulación manual y no eléctrica (como debería ser en un auto que cuesta más de 6 millones de pesos).
Párrafo aparte para la modularidad. Las tres butacas de la segunda fila pueden regularse en profundidad y rebatirse individualmente, lo que permite configurar el interior según cada necesidad. A su vez, las dos butacas de la tercera fila son muy fáciles de incorporar y esconder.
Si no están en uso, la capacidad del baúl es de 780 dm3, y de estarlo, esta disminuye a 167 dm3, un detalle a tener en cuenta en caso de salir de vacaciones con la capacidad de pasajeros completa.
Por otra parte, si el comportamiento y el confort de marcha eran muy buenos, ahora se potencian con la incorporación de la caja automática de 8 velocidades (en reemplazo de la de 6) con opción de accionamiento manual y levas al volante, que se acopla al ya conocido y rendidor motor HDi 2.0 litros de 150 caballos.
Este conjunto mecánico puede adaptarse perfectamente a un uso urbano, priorizando el consumo de combustible, o bien entregar lo mejor de sí en el modo Sport, donde mejora la reacción del acelerador, cambia el régimen de revoluciones de las marchas para aumentar la performance y hasta produce una rumorosidad deportiva en el habitáculo.
El 5008 conserva todos los sistemas de asistencia a la conducción de su antecesor: control de velocidad crucero adaptativo, alerta de colisión y freno autónomo de emergencia, mantenimiento activo de carril, detección de ángulo muerto, y asistente de estacionamiento que, en pocas palabras, estaciona el auto solo.
Largo: 4.641 mm
Ancho: 2.098 mm
Alto: 1.646 mm
Distancia entre ejes: 2.840 mm
Peso: 1.540 kg
Baúl (5/7 asientos): 780/167 dm3
Tanque de combustible: 53 litros
Motor: Turbodiesel, 2.0 litros
Potencia: 150 CV (a 4.000 rpm)
Torque: 370 Nm (a 2.000 rpm)
Tracción: Delantera
Transmisión: Automática, 8 velocidades
Velocidad máxima: 201 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 10,3 seg.
Consumo promedio: 7 L/100 km
Equipamiento
Airbags frontales y laterales delanteros
Airbags de cortina
Control de estabilidad y tracción
Frenado autónomo de emergencia
Alerta cambio involuntario de carril
Detección de ángulo ciego
Control de velocidad crucero adaptativo
Asistente de estacionamiento automático
Cámara de visión trasera 360°
Tablero de instrumentos digital
Android Auto/Apple CarPlay
Pantalla táctil de 10 pulgadas
Climatizador bi-zona
Techo solar panorámico
Tapizado de cuero
Fuente: Por Hernán Oliveri – para Clarín
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