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Vento: más espacio y tecnología para un sedán que rejuvenece

Ahora luce más sofisticado por fuera y por dentro se carga de pantallas, luces de LED y un alto nivel de equipamiento, además de un mayor espacio para los pasajeros traseros.

  Vento: más espacio y tecnología para un sedán que rejuvenece

En el Salón del Automóvil de Buenos Aires de 2005, una de las novedades más importantes fue el debut absoluto Volkswagen Vento, un sedán que llegaba para meterse entre el Passat y el entonces muy deseado Bora.

Yen el Salón de Detroit de este año, Volkswagen presentó la última generación de este vehículo, que ahora buscará seguir siendo referente entre los sedanes medianos a fuerza de una imagen rejuvenecida, más tecnología y una mecánica eficiente.

Para aquel lanzamiento del 2005, la marca alemana tuvo que buscar otro nombre para venderlo en la Argentina, ya que en otros mercados es comercializado como Jetta. Y tanto con una pronunciación castellana o como se lo menciona en el extranjero (suena Yeta) era inviable que un modelo se llamara así en nuestro país.

Más allá de ese bautismo local, el Vento llegaba elegante, grande y con mucho más confort que la competencia de entonces y rápidamente se erigió como la referencia de su categoría.

Pero ese trono hoy está mucho más disputado y este nuevo Vento hace hincapié en tres aspectos clave que busca un usuario de este tipo de vehículos: imagen, tecnología y eficiencia mecánica.

Es común y real la frase que dice que “uno compra el auto que le gusta”, dentro de su presupuesto, obvio. Y el Vento llega con la tradicional sobriedad de Volkswagen, pero con una gran parrilla con barras cromadas y unos trazos bien resaltados sobre la chapa que inevitablemente hacen recordar al estilo de diseño de algunos modelos de Audi (marca que pertenece al Grupo Volkswagen).

Los nuevos faros delanteros ahora están más estilizados y llevan una luz de LED de circulación diurna que recorre casi todo el contorno del mismo. Aunque parezca muy poco, con este detalle logra, en combinación con su estilo, el nivel de sofisticación que hoy se busca en los autos.

Por dentro repite esa misma fórmula. Enmarcado dentro de un estilo sobrio, la intención de darle un aspecto tecnológico se logra, principalmente en la versión Highline (la más equipada de la gama), con sus dos pantallas digitales: una sobre la consola central y la otra que funciona como tablero de instrumentos.

Pero esos dos elementos están apoyados por formas angulosas y trazos rectos que también inspiran solidez. De noche, la iluminación interna sobre toda la plancha de a bordo y sobre las puertas generan un entorno que fortalece esa idea de sofisticación que se mencionó más arriba.

La posición de manejo es muy cómoda (tiene regulación eléctrica de la butaca) y el diseño del volante permite tener una postura cómoda. Sin embargo, el diámetro del aro del volante es algo fino.

Este nuevo Vento perdió muchos elementos y paneles de plásticos inyectados (blandos) y la mayoría ahora son rígidos. Quienes se hayan subido a un Polo a un Virtus encontrarán muchas similitudes.

El espacio interior es otra característica que van a valorar los pasajeros traseros. El lugar disponible para las piernas es bueno, con la salvedad del puesto central que, como todos los autos actuales, resulta incómodo para un adulto.

Pulgar abajo: sólo viene con cinturón de seguridad ventral (dos puntos) en ese puesto.

El baúl también es muy amplio (510 dm3) y tiene una buena boca de carga. Lo que llama la atención son los brazos que sostienen la tapa, que terminan invadiendo el área interior del baúl. Los más lógico para un vehículo de esta categoría, deberían ser los que tienen forma de tijera, que se apoyan sobre los bordes de los laterales sin meterse por dentro y que cuentan con amortiguadores hidráulicos.

Por el momento este Volkswagen se ofrece con una sola combinación mecánica: un motor naftero de 1.4 litros, turboalimentado y con una potencia de 150 caballos, junto a una caja automática de 6 marchas. Para el año que viene está prevista la llegada de una variante GLI con motor 2.0 litros y 230 caballos.

Esta combinación entrega resultados satisfactorios en cuanto a aceleración a bajas vueltas, principalmente por su gran torque (momento de fuerza máxima del motor), de 250 Nm y ya disponible desde las 1.500 rpm.

Y aunque la respuesta es muy buena, la sensación es que el propulsor se esfuerza mucho cada vez que se le demanda con exigencia. Esa percepción se incrementa debido a la filtración en el habitáculo del ruido del motor en esa circunstancia. No ocurre lo mismo con los ruidos aerodinámicos ni los de rodamiento.

Su comportamiento dinámico es el que se espera de un Volkswagen: suspensiones más bien duritas y una marcha firme y sólida. Aunque se extraña la agilidad que le daba la suspensión trasera independiente que tenía aquel Vento de 2005.

Las dos versiones que hoy se venden de este sedán cuestan 930.300 y 1.091.000 pesos (luego de los aumentos del 21,5 % que hizo la marca este mes), muy por encima de sus rivales.

POR: GABRIEL SILVEIRA

20 septiembre, 2018

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