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Test drive: el Volkswagen T-Cross, cómodo y confiable

Pusimos a prueba la versión tope de gama del SUV chico de VW durante un viaje en ruta para comprobar sus cualidades: mucho confort, buen equipamiento y una nueva mecánica rendidora

  Test drive: el Volkswagen T-Cross, cómodo y confiable

Los viajes en ruta siempre son una oportunidad para comprobar las aptitudes de un vehículo, ya que las largas distancias permiten no solo poner a prueba las capacidades mecánicas sino también todo lo que hace al confort y la habitabilidad. Por eso, una escapada hasta Mar del Plata y alrededores fue la excusa perfecta para conocer un poco más cómo se desempeña el Volkswagen T-Cross Highline AT, el B-SUV de la marca alemana lanzado en nuestro país a mediados de 2019. Fueron cerca de 900 kilómetros entre ruta y ciudad recorridos en menos de dos días con tres personas adultas a bordo, lo cual es un excelente parámetro para sacar conclusiones.

Fabricado en Brasil, el T-Cross es el más pequeño del portafolio de los sport utility de Volkswagen y está pensado claramente para el uso familiar. Que sea chico no implica necesariamente que falte espacio para los pasajeros; al contrario. Con un largo de 4,199 m, un ancho de 1,76 m, un alto de 1,568 m y una distancia entre ejes de 2,651 m, el interior es realmente amplio (gracias a las posibilidades de modificar medidas que brinda la plataforma modular en la que está basado), con mucha comodidad en las plazas delanteras y un generoso lugar en las traseras que permite que dos adultos viajen cómodos; de hecho, a una persona de 1,80 m le quedan más de 10 cm hasta que sus rodillas apoyen contra la butaca delantera. En tanto, y siguiendo con la segunda hilera, el asiento central es angosto y resulta incómodo para las piernas debido al falso túnel de transmisión, con lo que solo un niño podrá viajar a gusto.

Sorprende el muy buen espacio interior del Volkswagen T-Cross Highline, como para que cuatro adultos viajen con comodidad

Gracias a su diseño, con una línea de cintura alta y un techo que cae suavemente, hacen que haya una buena altura como para que la cabeza quede a una correcta distancia del techo para todos los viajantes.

La posición de manejo (no tan alta como en otros SUV) es fácil de encontrar, ya que la butaca (muy cómoda y de ajuste manual) se regula en altura y profundidad al igual que la columna de dirección. Además, todos los controles de infotaintment se pueden manejar fácilmente tanto desde el volante como desde los teclas (ubicadas bien a mano) o la pantalla táctil de 10″ que cuenta con el sistema VW Play. Asimismo, el tablero ofrece una fácil y rápida lectura y se puede configurar para a gusto.

  • Largo: 4,199 m
  • Ancho: 1,76 m
  • Alto: 1,568 m
  • Distancia entre ejes: 2,651 m
  • Capacidad del baúl: 373-420 L
  • Capacidad del tanque: 52 L
  • Peso: 1265 kg

Por otra parte, hay múltiples espacios de guarda distribuidos inteligentemente en el habitáculo, con lo que todos pueden llevar sus elementos personales sin problema.

Volviendo a las plazas traseras, tienen portamapas en las puertas y sobres en los respaldos delanteros; además, cuentan con salida de climatizador y dos puertos USB, como para que nadie tenga que extrañar nada durante el viaje.

En lo que sí está muy justo este T-Cross es en la capacidad de carga: el baúl tiene apenas 373 L, estirable hasta 420 L si se rebate uno de los asientos. Poco si es que se piensa en una travesía larga, faltará espacio para colocar el equipaje.

Responde siempre

En la prueba que realizamos hace unos meses de este modelo habíamos destacado que el cambio en la mecánica que se le hizo en las versiones intermedia y tope de gama a mediados de mayo había sido un gran acierto, ya que el anterior motor MSI 1.6 L de 110 CV a 5750 rpm y 15,8 kgm de par a 3850 rpm es como que le quedaba chico. También habíamos ponderado las virtudes del nuevo conjunto (compuesto por el motor turbonaftero 1.0 L de 3 cilindros con inyección directa de combustible que entrega 116 CV a 5500 rpm y 200 Nm o 20,4 kgm de par entre las 2000 y 3500 rpm y la transmisión automática Tiptronic de 6 marchas con levas al volante y modo Sport) representaba una gran diferencia.

Y es hora de reafirmar esto: realmente es otro auto. El aumento del torque y el amplio rango en el que lo entrega permite que se pueda exigir al propulsor en cualquier momento y circunstancia, lo cual transmite mucha seguridad, por ejemplo, al realizar algún sobrepaso en la ruta. La potencia agregada también colabora con esto, al igual que la precisa y bien relacionada caja que reacciona sin tironeos y con mucha rapidez.

  • Motor: naftero con turbo
  • Cilindros: 3 en línea
  • Cilindrada: 999 cc
  • Compresión: 10,5:1
  • Válvulas: 12
  • Potencia: 116 CV a 5500 rpm
  • Par: 20,4 kgm a 2000-3500 rpm
  • Caja: automática Tiptronic de 6 marchas
  • Tracción: delantera

Las prestaciones son más que correctas, recordando que es un auto familiar: acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 s, recupera de 80 a 120 km/h en 8,6 s y alcanza una velocidad máxima de 184 km/h. En cuanto a los consumos, en ruta dieron un poco más altos que la medición anterior: 8,3 L/100 km, mientras que en ciudad se mantuvo en los 9,5 L/100 km. Con esto, yendo a ritmo tranquilo se consigue una autonomía de poco más de 600 km. Como detalle, a 130 km/h el motor trabaja apenas por encima de las 2000 rpm.

otro punto importante en esto de viajar: el confort de marcha, que es muy bueno y hace que el cuerpo no sienta la exigencia de varias horas al volante. En esto colaboran no solo los asientos ergonómicos sino los bien reglados conjuntos de suspensiones y el espacio interior. Esa comodidad apenas se ve interrumpida por el ruido del viento que se transmite a la cabina cuando se va a velocidad. También es para ponderar el comportamiento dinámico (firme, estable y aplomado) y la excelente respuesta de los frenos, aún con el auto pesado.

Este T-Cross Highline se vende a un precio de $5.022.900.

Fuente: por Diego Cúneo para La Nación

7 enero, 2022

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